domingo, 2 de octubre de 2016

OFRECIMIENTO AL SANTO ANGEL DE LA GUARDA


 
Ángel de Dios, que estás encargado de mi custodia desde el primero hasta el último instante de mi vida: aunque me reconozco indigno de tus amores y cuidados, todavía, seguro de que me amas y tienes ardiente celo de mi salvación, te elijo en este día en presencia de toda la corte celestial, para que seas mi especial protector y guía.
 
Propongo firmemente honrarte todos los días de mi vida, seguir fielmente todos tus consejos, y obedecer las órdenes que Dios me comunique por tu ministerio; y suplícote, fidelísimo Custodio mío, que continúes  haciéndome tan buenos oficios, y asistiéndome sin cesar con tu poderosa intercesión.
 
 Líbrame de los lazos de Satanás, mi cruel enemigo; defiéndeme de los terribles combates con que me asalta; ilumina mi espíritu, abrasa mi voluntad, y enséñame el camino que conduce a la verdad  y aleja del error.
 
Ínclito Príncipe  de la corte del Rey de reyes, ofrece mis oraciones al Señor, e intercede con Él para que se muestre propicio a mis súplicas: consuélame en mis trabajos, y presérvame del pecado.
 
Si alguna vez tuviere la desgracia de apartarme de la senda de la virtud, vuélveme luego al buen camino, y no me desampares un solo momento; pero sobre todo, fortalece mi alma en el terrible trance de la muerte, y llévala al Cielo, como la del pobre pero dichosísimo Lázaro, a fin de que, en compañía de todos los santos, alabe y bendiga a Dios con ellos, contigo, y con toda la milicia angélica, por todos los siglos de los siglos. Amén.
 
 

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