sábado, 30 de abril de 2016

ORACION A NUESTRA SEÑORA DE SAN LUIS MARIA GRIGNION DE MONTFORT

   
Relieve de la Santísima Virgen y el Niño Jesús regalo de mi madre.
Foto: Luz Lafitte


Salve, María, amadísima Hija del Eterno Padre
Salve, María, Madre admirable del Hijo
Salve, María, fidelísima Esposa del Espíritu Santo
Salve, María, mi amada Madre, mi amable Maestra, mi poderosa Soberana;
Salve, gozo mío, gloria mía, mi corazón y mi alma.
Vos sois toda mía por misericordia, y yo soy todo vuestro por justicia; pero todavía no lo soy bastante.
De nuevo me entrego a Vos todo entero en calidad de eterno esclavo, sin reservar nada, ni para mí, ni para otros.
Si algo veis en mí que todavía no sea vuestro, tomadlo en seguida, os lo suplico, y haceos dueña absoluta de todos mis haberes para destruir y desarraigar y aniquilar en mí todo lo que desagrade a Dios, y plantar y levantar y producir todo lo que a Vos agrade.
 
La luz de vuestra fe disipe las tinieblas de mi espíritu; vuestra humildad profunda ocupe el lugar de mi orgullo; vuestra contemplación sublime detenga las distracciones de mi fantasía vagabunda; vuestra continua vista de Dios llene de su presencia mi memoria; el incendio de caridad de vuestro corazón abrase la tibieza y frialdad del mío; cedan el sitio a vuestras virtudes mis pecados; vuestros méritos sean delante de Dios mi adorno y suplemento. En fin, queridísima y amadísima Madre, haced, si es posible, que no tenga yo más espíritu que el vuestro, para conocer a Jesucristo y entender sus divinas voluntades; que no tenga más alma que la vuestra, para alabar y glorificar al Señor; que no tenga más corazón que el vuestro, para amar a Dios con amor puro y con amor ardiente como Vos.
 
No pido visiones, ni revelaciones, ni gustos, ni contentos aun espirituales.
Para Vos el ver claro, sin tinieblas; para Vos el gustar por entero, sin amargura; para Vos el triunfar gloriosa a la diestra de vuestro Hijo, sin humillación; para Vos el mandar a los ángeles, hombres y demonios, con poder absoluto, sin resistencia, y el disponer, en fin, sin reserva alguna de todos los bienes de Dios. Esta es, divina María, la mejor parte que se os ha concedido, y que jamás se os quitará, que es para mí grandísimo gozo. Para mí, y mientras viva, no quiero otro sino el experimentar el que Vos tuvisteis: creer a secas, sin nada ver ni gustar; sufrir con alegría, sin consuelo de las criaturas; morir a mí mismo, continuamente y sin descanso; trabajar mucho hasta la muerte por Vos, sin interés, como el más vil de los esclavos. La sola gracia, que por pura misericordia os pido, es que en todos los días y en todos los momentos de mi vida diga tres amenes:
amén a todo lo que hicisteis sobre la tierra cuando vivíais; amén a todo lo que hacéis al presente en el cielo; amén a todo lo que obráis en mi alma, para que en ella no haya nada más que Vos, para glorificar plenamente a Jesús en mí, ahora y en la eternidad. Amén.
 

viernes, 29 de abril de 2016

PRACTICA DE AMAR A JESUCRISTO

Recientemente he concluido la lectura de otro clásico de la espiritualidad católica, publicado en el siglo XVIII y escrito por San Alfonso María de Ligorio, el más santo de los napolitanos y el más napolitano de todos los santos.

San Alfonso María de Ligorio
 
Nacido en una familia de la nobleza local, San Alfonso María estudió leyes y tras unos años ejerciendo la abogacía, el desengaño que le produjo esta profesión hizo que se convirtiera plenamente a Dios, poniéndose a su servicio y dejando su espada de caballero sobre el altar de la Virgen. Desengañado del mundo, realiza sus estudios eclesiásticos, ordenándose sacerdote. Su vida quedará llena dedicándose a la predicación, la dirección de almas, el estudio y la oración. No hubo lugar del Sur de Italia que quedara sin visitar por este misionero de la salvación de las almas. Fue el fundador de la Congregación del Santísimo Redentor, cuyo objetivo era la predicación en los pueblos del reino de Nápoles. Sus últimos años de vida se vieron ensombrecidos por la enfermedad y por graves problemas en la institución por él fundada. Fue sucesivamente beatificado, canonizado y declarado Doctor de la Iglesia.

Junto a esos aspectos señalados de la actividad de San Alfonso María, hay que destacar su labor de escritor, ocupación que desarrolló en su edad madura. Sus escritos no se dirigen a la élite sino al pueblo sencillo y humilde. Esta intención queda plasmada a la perfección en la obra que hoy me ocupa, su "Práctica de amar a Jesucristo".

Foto: María Luz
 
 
El título de la obra expresa la idea primordial: amar a Jesucristo.
 
¿Cuál es la razón para amar a Jesucristo? La razón es que Él nos ha amado primero, hasta el punto de dar la vida por nosotros. "Toda la santidad y perfección del alma consiste en amar a Jesucristo". Y para amar a Nuestro Señor debemos apartarnos de todo aquello que le desagrada, tener presentes Su bondad y todos los favores que nos concede, despegarnos de los bienes terrenos,  meditar su Santa Pasión, y practicar toda una serie de virtudes:
 
-Sufrir con paciencia todas las adversidades (la pérdida de nuestros seres queridos, las enfermedades, los dolores, la pobreza...)
 
-Ser afables con los demás, sin importar su condición social, y especialmente con los pobres, enfermos y nuestros enemigos.
 
-La dulzura a la hora de reprender a los demás. 
 
-No envidiar a nadie.
 
-Buscar siempre la satisfacción de Dios, no la propia.
 
-Huir de todo pecado. Si cometemos alguna falta, no caigamos en la desesperación, arrepintámonos sinceramente, y pidamos el auxilio divino para no volver a cometerla.
 
-Tener el deseo de ser perfectos como los santos. Si no lo tenemos, pidamos a Jesucristo que nos lo conceda. Sin el deseo de santidad, nunca avanzaremos en nuestro proceso de perfección.
 
-Intención de llegar a la perfección.
 
-Oración mental.
 
-Oración continua, encomendándonos a Nuestro Señor y recurriendo siempre a la intercesión de los Santos y muy especialmente a la de la Santísima Virgen, por cuyas manos nos son concedidas todas las gracias.
 
-Frecuentar la Comunión, siguiendo siempre el consejo de nuestro director espiritual.
 
-Humildad, pues todo lo que somos y poseemos viene de Dios.
 
-Desapego de las cosas terrenales, incluidas las criaturas, desprendiéndonos del afecto a los parientes.
 
-No enojarnos nunca, y si alguna vez lo hacemos, no debemos hablar ni actuar mientras la ira que sintamos no se haya aplacado.
 
-Hacer y cumplir siempre la voluntad de Dios, lo cual implica resignación a todo lo que Él quiera para nosotros.
 
-Luchar contra las tentaciones a través de la resignación y la oración. Llegados a este punto, la resignación puede parecer un contra sentido, sin embargo no lo es. La tentación de pecar nunca viene de Dios, pero Él la permite para nuestro bien y crecimiento espiritual. "Los malos pensamientos no son pecados, por feos y horribles que sean; los pecados son los malos consentimientos." Combatiremos las tentaciones a través de la oración, invocando los nombres de Jesús y de María.
 
-Cuando experimentemos desolación de espíritu, deberemos ejercitarnos a través de la humillación ("merecemos ser tratados así") y la resignación (abandonándonos en la bondad de Dios). Así obtendremos mayor provecho.
 
Una vez resumidas las principales ideas que San Alfonso María de Ligorio recoge en su obra, quiero concluir exponiendo sus máximas de vida eterna que siempre deberemos tener presentes:
 
Toda las cosas de esta vida se acaban; la eternidad no se acaba nunca.
Las grandezas de este mundo, de nada sirven a la hora de la muerte.
Todo lo que viene de Dios (próspero o adverso) es para nuestro bien.
Es menester dejarlo todo, para ganarlo todo.
Sin Dios no se puede tener verdadera paz.
Sólo el amor de Dios y la salvación son necesarios al alma.
Sólo se ha de temer al pecado.
Perdido Dios, todo está perdido.
El que nada desea en este mundo, es señor del mundo.
El que hace oración, se salva; el que no la hace, se pierde.
Por mucho que Dios cueste, nunca es caro.
Toda pena es ligera para quien ha merecido el infierno.
Todo lo sufre el que mira a Jesús en la cruz.
Todo lo que no se hace por Dios, se convierte en pena.
El que sólo quiere a Dios, es suficientemente rico.
Bienaventurado el que sólo quiere y desea a Jesús.
El que ama a Dios, en todo encuentra placer; el que no le ama, en nada encuentra el bienestar verdadero.
 
 
"Cristo en la cruz", cuadro pintado por San Alfonso María de Ligorio.
 
"Quien no se enamora de Dios contemplando a Jesús crucificado, no se enamorará jamás."
 
 
 

lunes, 18 de abril de 2016

LETANIAS DE LA HUMILDAD


Comparto hoy las letanías de la humildad, escritas por el Cardenal Rafael María Merry del Val, quien fue Secretario de Estado del Papa Pío X. Declarado Venerable, y en espera de ser beatificado, es de destacar la profunda espiritualidad del Cardenal,  al componer estas letanías que son los mejores consejos que podemos seguir en nuestro crecimiento espiritual y nuestro camino hacia la santidad.
 
 
Jesús manso y humilde de Corazón, ...Óyeme.
-Del deseo de ser estimado,...Líbrame Jesús (se repite)
-Del deseo de ser alabado,
-Del deseo de ser honrado,
-Del deseo de ser aplaudido,
-Del deseo de ser preferido a otros,
-Del deseo de ser consultado,
-Del deseo de ser aceptado,
-Del temor de ser humillado,
-Del temor de ser despreciado,
-Del temor de ser reprendido,
-Del temor de ser calumniado,
-Del temor de ser olvidado,
-Del temor de ser puesto en ridículo,
-Del temor de ser injuriado,
-Del temor de ser juzgado con malicia,

-Que otros sean más estimados que yo,...Jesús dame la gracia de desearlo (se repite)
-Que otros crezcan en la opinión del mundo y yo me eclipse,
-Que otros sean alabados y de mí no se haga caso,
-Que otros sean empleados en cargos y a mí se me juzgue inútil,
-Que otros sean preferidos a mí en todo,
-Que los demás sean más santos que yo con tal que yo sea todo lo santo que pueda,

ORACIÓN
Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.



Cardenal Merry del Val
 
 
 
Gracias al Rvdo. D. José Francisco Hernández por darme a conocer la figura del Cardenal y las hermosas Letanías por él escritas.


 
 

  

jueves, 14 de abril de 2016

LA RELIQUIA DE SAN ANTONIO DE PADUA EN ESPAÑA


Ayer fue un día emotivo, pues tuve la oportunidad de venerar en persona la reliquia de San Antonio de Padua, que llegada desde Italia ha peregrinado por diversas parroquias de Bilbao y Madrid. Mi cita con tan significativa reliquia tuvo lugar en el madrileña iglesia de la Santa Cruz.
 
 
Foto: María Luz
  
Esta peregrinación de la reliquia de San Antonio ha sido una idea promovida y organizada por la publicación religiosa "El Pan de los Pobres", encargada de difundir la devoción al Santo. Se trata de uno de los tres bustos-relicario de San Antonio, que se guardan en Padua. El relicario contiene una porción de masa corpórea extraída con ocasión de la tercera exhumación de los restos del Santo, efectuada en 1981, con motivo del 750 aniversario de su muerte. Fue entonces cuando los Frailes Menores tuvieron la gran idea de extraer algunas porciones de la masa corpórea para colocarlas en tres relicarios que pudiesen peregrinar por todo el mundo.
 
Ha sido una ocasión única para los que, como yo, no hemos tenido ocasión de visitar Padua. Emotiva también por tratarse de uno de los Santos que siempre ha contado con mayor devoción popular en todo el mundo y especialmente en nuestra tierra española.
 
Buena ocasión para adquirir algunos libros piadosos dedicados al Santo.
Foto: María Luz